➤ Actualmente existe una amplia diversidad de teorías y modelos psicológicos y de entre todos ellos logran resaltar tres corrientes psicológicas principalmente, una de ellas es la psicología humanista, también conocida como la Tercera Fuerza, junto al Psicoanálisis y el Conductismo y destaca justamente por sus argumentos en oposición a éstas dos.
La psicología humanista comienza a desarrollarse en 1960 como un movimiento cognitivo y está en contra de las teorías que definen al hombre cómo producto de su ambiente o a merced de su propio inconsciente, mientras que destaca los siguientes preceptos:
- La importancia se le asigna al individuo, el ser humano, en cuanto persona, supera la suma de sus partes.
- La existencia del ser humano está siempre ligada a relaciones interhumanas.
- Se hace hincapié en la experiencia consciente, pues es una característica del ser humano y es la base para la comprensión humana.
- El ser humano está en situación de elegir y decidir, y puede mediante sus decisiones activas variar su situación de vida, de ahí la importancia de la libertad personal, el libre albedrío, la creatividad individual y la espontaneidad.
- El ser humano está orientado hacia una meta.
- Se pone énfasis en lo relacionado con la naturaleza humana.
Las raíces del movimiento humanista fueron William James, la teoría de la Gestalt, Alfred Adler, Carl Jung, Karen Horney, Erik Erikson y Gordon Allport, aunque también toma conceptos de la Fenomenología (escuela filosófica precursora de la Gestalt que por el análisis de los fenómenos observables da una explicación del ser y de la consciencia).
Por tal motivo su perspectiva fenomenológica es más amplia y considera al Conductismo muy limitado al reducir al ser humano a la condición de una máquina programable. También considera al Psicoanálisis Freudiano determinista y degradante al explicar la mente normal a partir de las psicopatologías y al poner énfasis en todos los aspectos negativos de la naturaleza humana tales como: el sufrimiento, los celos, el odio, el temor, el egoísmo y el narcisismo.
Por tal motivo su perspectiva fenomenológica es más amplia y considera al Conductismo muy limitado al reducir al ser humano a la condición de una máquina programable. También considera al Psicoanálisis Freudiano determinista y degradante al explicar la mente normal a partir de las psicopatologías y al poner énfasis en todos los aspectos negativos de la naturaleza humana tales como: el sufrimiento, los celos, el odio, el temor, el egoísmo y el narcisismo.
En la psicología humanista se destaca la salud mental y los atributos positivos de ésta como la felicidad, la satisfacción, el éxtasis, la amabilidad, la generosidad y el afecto. De la Gestalt hereda el estudiar al ser humano como un todo y los fenómenos psíquicos tal y como se presentan. También se analiza la percepción, la asociación y el juicio.
Estudia lo que significa el existir como ser humano integrando todos los aspectos del individuo para llegar a lo que realmente es. Rescata la individualidad de la persona tomando en cuenta que la persona siempre está en constante evolución y desarrollo, alejando así el determinismo y el reduccionismo. No se busca un por qué, sino un para qué de la vida de las personas.
Referencias:
Quitman H. (1989). Psicología Humanística. Barcelona: Herder.
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