jueves, 2 de marzo de 2017

La Tercera Fuerza: el lugar de la psicología humanista

➤ Actualmente existe una amplia diversidad de teorías y modelos psicológicos y de entre todos ellos logran resaltar tres corrientes psicológicas principalmente, una de ellas es la psicología humanista, también conocida como la Tercera Fuerza, junto al Psicoanálisis y el Conductismo y destaca justamente por sus argumentos en oposición a éstas dos.

La psicología humanista comienza a desarrollarse en 1960 como un movimiento cognitivo y está en contra de las teorías que definen al hombre cómo producto de su ambiente o a merced de su propio inconsciente, mientras que destaca los siguientes preceptos:

  1. La importancia se le asigna al individuo, el ser humano, en cuanto persona, supera la suma de sus partes.
  2. La existencia del ser humano está siempre ligada a relaciones interhumanas.
  3. Se hace hincapié en la experiencia consciente, pues es una característica del ser humano y es la base para la comprensión humana.
  4. El ser humano está en situación de elegir y decidir, y puede mediante sus decisiones activas variar su situación de vida, de ahí la importancia de la libertad personal, el libre albedrío, la creatividad individual y la espontaneidad.
  5. El ser humano está orientado hacia una meta.
  6. Se pone énfasis en lo relacionado con la naturaleza humana.

Las raíces del movimiento humanista fueron William James, la teoría de la Gestalt, Alfred Adler, Carl Jung, Karen Horney, Erik Erikson y Gordon Allport, aunque también toma conceptos de la Fenomenología (escuela filosófica precursora de la Gestalt que por el análisis de los fenómenos observables da una explicación del ser y de la consciencia).


Por tal motivo su perspectiva fenomenológica es más amplia y considera al Conductismo muy limitado al reducir al ser humano a la condición de una máquina programable. También considera al Psicoanálisis Freudiano determinista y degradante al explicar la mente normal a partir de las psicopatologías y al poner énfasis en todos los aspectos negativos de la naturaleza humana tales como: el sufrimiento, los celos, el odio, el temor, el egoísmo y el narcisismo.


En la psicología humanista se destaca la salud mental y los atributos positivos de ésta como la felicidad, la satisfacción, el éxtasis, la amabilidad, la generosidad y el afecto. De la Gestalt hereda el estudiar al ser humano como un todo y los fenómenos psíquicos tal y como se presentan. También se analiza la percepción, la asociación y el juicio.


Estudia lo que significa el existir como ser humano integrando todos los aspectos del individuo para llegar a lo que realmente es. Rescata la individualidad de la persona tomando en cuenta que la persona siempre está en constante evolución y desarrollo, alejando así el determinismo y el reduccionismo. No se busca un por qué, sino un para qué de la vida de las personas.



Referencias:
Quitman H. (1989). Psicología Humanística. Barcelona: Herder.


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